A pesar que uno de los objetivos del gobierno nacional constituye la redistribución de la renta nacional, ha existido un avance limitado en cuanto a la implementación de estrategias viables que permitan el financiamiento efectivo de emprendedores y pequeñas y medianas empresas, aspecto que constituye una piedra angular no solo para la redistribución de la renta sino para fortalecer el desarrollo económico.
Pero ¿por qué es tan importante facilitar el financiamiento de este tipo de entidades? Simplemente por que las Pymes tienden a dominar la industrias nuevas y de rápido crecimiento y en su proceso de evolución efectúan procesos de integración vertical produciendo dos efectos: el primero la disminución de la dependencia de las importaciones y el segundo y más importante la democratización de la liquidez de la economía a través del empleo.
¿Qué le falta al gobierno de turno para favorecer el emprendimiento y con ello del efecto Pyme como motor del desarrollo?. La respuesta es más simple de lo que parece y se resumen en 4 aspectos:
- La implementación de fondos de capital de riesgo no atados a garantías reales, que permitan el acceso a préstamos de emprendimiento a través de la banca.
- El entendimiento de que la Pyme debe recorrer un proceso que implica primero adquirir un aprendizaje en el sector comercial para en un segundo momento poder transformarse con éxito en una organización industrial. Esto mencionamos ya que a pesar de las cosas buenas que puede tener el código de la producción, se sigue penalizando al sector comercial sin entender la máxima de negocios que determina que quién aprende a vender está listo para emprender la producción. En otras palabras, los incentivos del código de la producción si algún efecto producen será la acumulación del capital en manos de quien ya tiene el capital.
- La dinamización del mercado de capitales mediante la implementación de garantías estatales que permitan la financiación de Pymes en el mercado de capitales aplicando una contragarantía estatal con límite de monto.
- El diseño de políticas públicas adecuadas que favorezcan con transparencia la participación de Pymes en obras y proyectos patrocinados por el Estado, requiriendo una transformación profunda del sistema de compras públicas que tiende a favorecer a grandes empresas (en operaciones que perfectamente pueden ser absorbidas por Pymes) ya que las ventajas de puntuación por calificación de Pyme son limitados.
Habiendo aplicado estas breves sugerencias, entonces en un plazo no mayor a 4 años estaremos viviendo una dinamización de la economía y el inicio real de la transformación de la matriz productiva sustentada en empresas que verdaderamente dinamizan el desarrollo y emplean mano de obra local, que son las Pymes y microempresas, tal como lo ha evidenciado los países nórdicos y la misma Alemania.
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